Trinidad de Arre
Trinidad de Arre, conocida en euskera como Trinitatearen basilika, es un encantador concejo que se compone de un hermoso puente, una impresionante basílica y un pequeño pero acogedor caserío de Arre. Este lugar se encuentra situado en el pintoresco valle de Ezcabarte, dentro de la Merindad de Pamplona. Está ubicado en la margen derecha del río Ulzama, justo en la frontera con el municipio de Villava.
La ubicación de Trinidad de Arre es muy estratégica, ya que se halla entre las estribaciones de los montes San Cristóbal y Miravalles. Además, la importancia de este concejo se acentúa debido a la presencia de un puente que ha sido fundamental a lo largo de la historia. Durante la Edad Media, este lugar adquirió gran relevancia como un paso obligado para los peregrinos que transitaban por el Camino de Santiago Francés.
Estos viajeros comenzaban su ruta en Roncesvalles, y seguían su camino a través del Valle de Erro y el municipio de Esteríbar, hasta llegar a Huarte. Una vez en Huarte, los peregrinos tenían que bordear el monte Miravalles para finalmente cruzar este puente que conecta las dos orillas del río Ulzama. En la actualidad, Trinidad de Arre continúa cumpliendo una función importante para los peregrinos, ya que alberga un albergue donde pueden descansar y recuperarse durante su viaje. Este albergue es un lugar de encuentro para aquellos que siguen la antigua tradición de peregrinar hacia la Catedral de Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela.
Albergue en Trinidad de Arre
Historia Trinidad de Arre
Hasta el siglo dieciséis, no existen registros o documentos que hablen de este conjunto. Esto significa que no hay información clara sobre su existencia o funcionamiento durante ese periodo. Además, no se encuentra mencionado en la extensa lista de hospitales que se incluyeron en el testamento de Teobaldo II. Este testamento es un documento importante ya que detalla las propiedades y posesiones del obispo, así como otros lugares destacados como Roncesvalles. Resulta interesante notar que tampoco hay evidencia de que alguna orden religiosa se encargara de su administración o gestión en ese tiempo. El único documento que se ha encontrado antes del siglo dieciséis es una manda testamentaria que data de 1422, pero es muy limitada en cuanto a la información que proporciona.
El conjunto tuvo dos cofradías, que eran la eclesiástica y la laica. Es importante mencionar que estas cofradías no se diferenciaban por la condición social de sus miembros, sino en función de su lugar de origen. Según un dictamen que se emitió en el año 1697, se puede comprobar que la cofradía laica estaba compuesta por legos que provenían de Pamplona, Villava y del valle de Ezcabarte. En contraste, la cofradía eclesiástica estaba formada por seculares y eclesiásticos que venían de la Cuenca de Pamplona y de otras áreas cercanas, que incluían localidades como Oláibar y Odieta. Estas dos cofradías, la laica y la eclesiástica, decidieron unirse en el año 1886. Esta fusión se documentó en el primer artículo de las nuevas constituciones que se redactaron el 2 de diciembre de ese mismo año, marcando un nuevo capítulo en la historia de estas agrupaciones.
En el año 1891, se realizó una remodelación en la estructura, específicamente en la fachada sur donde se agregó una casa. Esta nueva construcción altera la vista del lugar, ya que oculta casi por completo la portada románica que había estado expuesta anteriormente. En la actualidad, para acceder a esta portada románica, se debe atravesar un atrio, lo cual cambia la forma en la que los visitantes experimentan este espacio. Esta modificación arquitectónica también refleja la evolución de la edificación a lo largo del tiempo y las diferentes necesidades que han surgido a medida que la historia ha avanzado.
¿Qué ver en Trinidad de Arre?
El puente la basílica y la torre juntos parecen formar un conjunto arquitectónico realmente especial que destaca por su singularidad y belleza.
La basílica es un ejemplo notable del estilo románico rural que data de la primera mitad del siglo XIII. Este edificio tiene una sola nave, lo que le da un carácter más íntimo y acogedor. Además, cuenta con una torre que se alza majestuosamente junto a la cabecera del templo. La parte trasera de la basílica está compuesta por un ábside semicircular que está reforzado con contrafuertes, lo que le añade estabilidad y fortaleza a la estructura. En esta cabecera se pueden observar dos ventanas de medio punto que están abocinadas, lo que significa que tienen un diseño que se va ensanchando hacia el exterior. La cubierta que se puede ver en este momento deja entrever la original que estaba hecha de lajas de piedra, lo cual es un detalle muy interesante. Por ahora, el alero se conserva en buen estado y algunos canecillos que sirven de soporte para el tejado no están decorados, lo que le da un aire rústico y auténtico.
En cuanto a la portada románica de la basílica, está compuesta por un arco de medio punto que tiene aristas vivas, lo que significa que sus bordes son afilados y bien definidos. Este arco está acompañado por tres arquivoltas que son una especie de moldura que decora la entrada, donde la central tiene un diseño de dientes de sierra que realmente la hace resaltar. También hay un guarda-lluvia moldurado que se puede apreciar, aunque es evidente que esta zona ha sufrido varias remodelaciones a lo largo del tiempo, lo que ha alterado un poco su aspecto original.
La torre que se encuentra al pie de la iglesia es una construcción de ladrillo que probablemente ha reemplazado a una estructura más antigua que podía haber sido realizada con otros materiales. Esto sugiere que la torre ha tenido un papel importante a lo largo de la historia del lugar, adaptándose a las necesidades y estilos de cada época.