El cuidado de los pies en el Camino de Santiago Francés
Desde el primer día de los entrenamientos, tenemos que dedicarles una atención especialísima, pues son ellos los que nos tienen que llevar a visitar la tumba del apóstol Santiago en la Catedral de Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela, y si los mimamos, nos llevarán sin ningún problema.
Es importantísima la higiene y lavado de los pies; por tanto, al terminar la etapa del día, en caso de no poder ducharnos, cuando menos deberemos lavarlos cuidadosamente. Un complemento ideal en este sentido son las sales relajantes Saltratos, que reducen la sensación de fatiga y dejan tus pies listos para la siguiente etapa. Además resulta muy aconsejable completar la higiene diaria con el uso de un buen desodorante para los pies.
Para evitar las ampollas en El Camino de Santiago
Para evitar las ampollas, es muy importante una correcta hidratación de los pies. Todos los días antes de comenzar a andar, les aplicaremos un poco de crema, especialmente en y entre los dedos, planta y talón. La crema de Saltratos Plus, con caléndula y Jojoba proporciona una hidratación óptima y nos ayuda a combatir las molestas durezas y grietas que tanto nos incomodan al andar.
Todos los días, después de darnos la crema, bien limpios, ponernos los calcetines de algodón sin costuras, si llevamos zapatillas, y si llevamos botas, además de los de algodón, otro par de lana, también bien limpios, pase lo que pase.
En caso de ampollas, los médicos no lo aconsejan por entender que es un sufrimiento innecesario, pero es muy efectivo; quemar una aguja de coser para esterilizarla, y atravesar la ampolla con la aguja en la que previamente habremos enhebrado un hilo, dejando el hilo dentro de la ampolla para que drene, y cortándolo por los extremos a un par de centímetros de la ampolla.
Recordar también que no es conveniente ducharse antes de empezar a andar, especialmente con agua caliente y durante mucho tiempo, pues la piel de los pies se queda arrugada y es más propensa a las ampollas.
Por el contrario, ningún inconveniente en cuanto a refrescar los pies en una fuente o riachuelo por corto espacio de tiempo, teniendo la precaución de secarlos muy bien; la mejor forma es que se sequen al aire.
Por último, existen en el mercado una serie de geles refrescantes que previenen y alivian el calentamiento de los pies y que son un complemento perfecto para cualquier peregrino.
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