Carrión de los Condes

Carrión de los Condes

Carrión de los Condes es un municipio y localidad española de la Provincia de Palencia, en la comunidad autónoma de Castilla y León, en el Camino de Santiago Francés.

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Monasterio de San Zoilo El Hotel Real Monasterio San Zoilo se ubica al occidente de Carrión de los Condes, cerca

Historia de Carrión de los Condes

Carrión de los Condes en la Prehistoria y Edad Antigua

Durante la Prehistoria y la Edad Antigua, diversos hallazgos arqueológicos han puesto de manifiesto que este lugar ya estaba habitado por comunidades antes del surgimiento de las culturas prerromanas.

A lo largo del siglo diecinueve, se realizaron descubrimientos esporádicos de puntas de flecha de tipo palmela, que pertenecen a la cultura campaniforme. Estas evidencias refuerzan la idea de que la zona estaba habitada y era de gran relevancia para las comunidades que la habitaban. En relación al asentamiento en tiempos vacceos, se ha llegado a la conclusión de que la parte alta de la ciudad, donde en la actualidad se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Belén, correspondería a la antigua ciudad de Lacóbriga. Posteriormente, esta ciudad fue romanizada, convirtiéndose en un punto importante en la calzada romana que conectaba la ciudad de Burdeos con Astorga.

Esta calzada, que se conocía como Ab Asturica Burdigalam, ocupaba un papel crucial en el transporte y comunicación durante el periodo romano. Más adelante, en la Edad Media, esta misma ruta adquirió el nombre de vía Aquitania. Este término hace referencia a la ruta que seguían los peregrinos que venían de Francia, atravesando la región de Aquitania, siendo un camino que formaba parte del famoso Camino de Santiago francés, una de las rutas más importantes para los peregrinos que peregrinaban hacia la Catedral de Santiago en Santiago de Compostela. La historia de Carrión de los Condes está, por tanto, marcada por su importancia cultural y su función en las rutas de comunicación a lo largo de los siglos.

Carrión de los Condes en la Edad Media

Tradicionalmente se sostiene que el nombre de los Condes se relaciona con los condes Gómez Díaz, quienes formaban parte del linaje de los Banu Gómez, junto con su esposa Teresa Peláez. Este matrimonio tuvo un papel fundamental en la refundación y dotación del convento benedictino de San Zoilo, así como en la construcción de un puente sobre el río Carrión y en la creación de un hospital destinado a atender a los peregrinos que viajaban por la zona. Sin embargo, es curioso mencionar que el nombre completo Carrión de los Condes solo se documenta a partir del año 1522, específicamente en el testamento de Aldonza Manrique.

Los marqueses de Aguilar de Campoo, que también eran condes de Castañeda, ejercieron una gran influencia en la región de Carrión. Estos nobles eran descendientes del linaje real de Castilla, a través del conde Tello de Castilla, y pertenecían a varios otros linajes importantes, como los de la Vega, Girón y Cisneros. La primera condesa de Castañeda, Aldonza de Castilla, y su esposo Garci Fernández Manrique, fueron los fundadores y benefactores del hospital de la Trinidad. De este matrimonio nacieron dos hijos notables: Juan Fernández Manrique, quien se convirtió en marqués de Aguilar y conde de Castañeda, y Gabriel Manrique, quien obtuvo el título de conde de Osorno. Estos hermanos formaron una hermandad con el conde de Treviño y duque de Nájera, que era su primo, con el objetivo de proteger la villa de Carrión y evitar que esta saliera del patrimonio de la Corona real (realengo). Esto fue una preocupación notable, ya que el conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel, quien vivió entre 1419 y 1474, mostraba interés en apoderarse de la villa. Para asegurarse de que Carrión permaneciera bajo el control real, el Concejo de Carrión decidió renovar este pacto en el año 1462. Esta hermandad estableció el apellido de los Condes que lleva la ciudad, contrariamente a la creencia errónea de que se debe a los renombrados condes Gómez Díaz y Teresa Peláez.

Durante la Alta Edad Media, Carrión de los Condes se destacó como una de las ciudades más importantes de los reinos cristianos. En esta población se llevaron a cabo cortes y sínodos significativos de la época. De hecho, el primer Concilio de Carrión, que tuvo lugar en enero de 1103, fue presidido por el arzobispo de Toledo, Bernardo de Sédirac, y el segundo Concilio de Carrión dio inicio el 4 de febrero de 1130, bajo la presidencia del legado pontificio Humberto de Mourmoutiers.

El autor del Codex Calixtinus se refirió a Carrión como una ciudad «rica en pan y vino.» La hermosa portada de la iglesia románica de Santiago ilustra a veintidós artesanos, quienes no tenían escasez de trabajo gracias a la abundancia de peregrinos que visitaban la zona. Se ha documentado que durante la época de la escritura de este texto, casi la mitad de la villa estaba en poder de Gutierre Fernández de Castro, junto con la fortaleza vecina de Castrojeriz. A medida que pasaron los años, la tenencia pasó a ser compartida con otras familias, siendo especialmente notoria la de los Girón. En el año 1165, Rodrigo Gutiérrez Girón ya ejercía esta tenencia, y solo dos años más tarde estaba en manos del poderoso Nuño Pérez de Lara.

La iglesia románica de Santa María representa una famosa leyenda conocida como el milagro de las doncellas. Esta leyenda cuenta que un grupo de toros logró liberar a las doncellas de Carrión de ser entregadas como tributo a los reyes moros que dominaban la región.

En el año 1209, Gonzalo Rodríguez Girón y su esposa tomaron la importante iniciativa de fundar el Hospital de la Herrada, una institución que brindaba atención y asistencia a los peregrinos jacobeos que pasaban por la ciudad, lo que subraya la relevancia de Carrión como un punto clave en la ruta de peregrinación a Santiago de Compostela.

Carrión de los Condes