Monasterio de San Juan de Ortega

Monasterio de San Juan de Ortega

El Monasterio de San Juan de Ortega se localiza en el pintoresco pueblo de San Juan de Ortega, que es una pequeña pedanía que forma parte de la región más amplia conocida como Barrios de Colina, y está ubicado dentro de la Provincia de Burgos. Este monasterio tiene una ubicación privilegiada, ya que se encuentra a lo largo de una de las rutas más famosas para los peregrinos, como el Camino de Santiago Francés.

Historia Monasterio de San Juan de Ortega

Juan de Velázquez, conocido más tarde como Juan de Quintanaortuño, fue un religioso que quedó grabado en la historia como San Juan de Ortega. Él nació en el año 1080 en un pequeño pueblo que se llama Quintanaortuño en la provincia de Burgos, en España. A lo largo de su vida, Juan dedicó su tiempo y esfuerzo a una labor muy noble y generosa: ayudar a los peregrinos que se aventuraban por el Camino de Santiago. Para facilitar su paso, trabajó arduamente en la construcción de calzadas y puentes, mejorando así su travesía y asegurando que tuvieran un camino más seguro y accesible. Sin embargo, su obra más significativa se llevó a cabo en un lugar específico de los Montes de Oca, conocido como Ortega. Este nombre tiene origen en el latín Urtica, que se traduce como ortiga o maleza. En este lugar, hoy en día se encuentra la localidad que lleva su nombre, San Juan de Ortega.

En Ortega, Juan no solo construyó una capilla, sino que también erigió un pequeño monasterio para aquellos que deseaban dedicar su vida a la oración y la contemplación. Además, como parte de su compromiso con los peregrinos, también estableció un albergue donde los viajeros podían descansar y recuperarse durante su camino. Con el paso del tiempo, la labor hospitalaria de Juan llamó la atención y atrajo a diversos colaboradores que se unieron a su causa. Esta unión de esfuerzos daría lugar alrededor del año 1138 a la creación del monasterio de San Nicolás, que posteriormente fue conocido como el monasterio de San Juan de Ortega. En sus inicios, este monasterio estaba bajo la dirección de canónigos regulares que seguían la Regla de San Agustín. Además, el 24 de abril de 1138, el papa Inocencio II decidió proteger oficialmente el monasterio, lo que ayudó a asegurar su existencia y funcionamiento.

El santo Juan de Ortega falleció el 2 de junio de 1163, pero su legado y su obra no terminaron con su muerte. Su trabajo y dedicación continúan siendo evidentes, ya que sus esfuerzos ayudaron a consolidar el complejo monacal que hoy podemos observar y que ha perdurado a lo largo de los años.

Sin embargo, en 1431, el monasterio se encontraba en un estado muy deteriorado, habitado solo por tres monjes que luchaban por mantenerlo. Fue en ese momento crítico cuando el obispo de Burgos, Pablo de Santa María, tomó la decisión de encomendar la tarea de revitalizar el lugar a los monjes jerónimos del Real monasterio de Nuestra Señora de Fresdelval. Estos monjes ocuparon el monasterio hasta el año 1835, cuando ocurrió la desamortización que llevó a la venta en pública subasta de los bienes del monasterio.

A lo largo de los años, el monasterio ha sido objeto de un considerable proceso de restauración y rehabilitación, lo que ha permitido mantener su estructura y su historia viva. En la actualidad, este lugar no solo es una pieza importante del patrimonio cultural sino que también sigue siendo un santuario que atrae la devoción popular, uniendo a personas que desean honrar la memoria de San Juan de Ortega y su legado en el cuidado de los peregrinos.

El Monasterio

El monasterio de San Juan de Ortega es un lugar importante que consta de varios edificios y estructuras que tienen un gran valor histórico y cultural. Este conjunto monacal incluye la iglesia de San Juan de Ortega, que es un espacio sagrado donde se celebran diferentes rituales y ceremonias religiosas. También se encuentra en este lugar la capilla de San Nicolás de Bari, conocida también como la Capilla del Santo. Además de estos lugares, el monasterio cuenta con el hermoso Claustro de los Jerónimos, que ofrece un ambiente tranquilo y reflexivo tanto para los visitantes como para los monjes que han habitado allí a lo largo de los años. En el monasterio, también se puede encontrar el Refugio de Peregrinos, que es un espacio especialmente designado para aquellos que inician su camino de peregrinación, donde pueden descansar y recuperarse antes de continuar su viaje. Este refugio incluye un pequeño claustrillo de piedra rojiza, que añade un toque particular a la estética del lugar y permite que sus visitantes disfruten de la belleza del entorno mientras reflexionan sobre su camino espiritual.

Iglesia de San Juan de Ortega

La iglesia de San Juan de Ortega forma parte del Arcipestrazgo de San Juan de Ortega y está situada dentro de la diócesis de Burgos, una localidad conocida por su rica historia y su patrimonio cultural. Esta iglesia es un lugar importante no solo para la comunidad local, sino también para los visitantes que llegan para conocer su arquitectura y la historia que la rodea. La iglesia combina de manera hermosa los estilos románico y gótico, lo que le da un carácter armónico y visualmente encantador.

En reconocimiento a su valor histórico y cultural, la iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento el 3 de junio de 1931, lo que destaca su relevancia en el patrimonio de España y protege su integridad para las futuras generaciones.

Capitel de la Anunciación

Uno de los elementos más destacados de la iglesia es el capitel de la Anunciación, que es de estilo románico. Este capitel posee un significado simbólico especial que refleja el mensaje de los constructores medievales. Lo que lo hace verdaderamente único en el contexto occidental es un fenómeno natural fascinante: durante cada uno de los dos equinoccios del año, es decir, el 21 de marzo y el 22 de septiembre, un rayo de sol ilumina este capitel a las 5 de la tarde hora solar. En este momento, se puede observar que la figura de la Virgen María se vuelve hacia la luz en lugar de dirigirse al arcángel San Gabriel, que es la representación habitual en este tipo de obras artísticas.

Sepulcros y baldaquino

En lo que respecta a la historia funeraria de la iglesia, dos sepulcros que anteriormente estaban en la capilla de San Nicolás fueron trasladados a la iglesia en el año 1964. Ambos sepulcros son de estilo románico. Uno de ellos, que contiene los restos del santo, se presenta sin adornos ni decoraciones, lo que resalta su sencillez y dignidad. El otro sepulcro fue diseñado para ser utilizado de manera simbólica, evitando así el expolio de los restos que se encontraban en él. Este segundo sepulcro está completamente ornamentado y presenta figuras y escenas en relieve, lo que le añade un gran valor artístico.

En el transepto de la iglesia se erige un baldaquino de estilo gótico isabelino, datado en el siglo XV, que también ha sido muy apreciado. Este baldaquino muestra relieves que narran la vida de San Juan de Ortega y fue creado por deseo de Isabel la Católica, fortaleciendo así la conexión histórica entre la monarquía y la iglesia en esa época. Este elemento arquitectónico no solo realza la belleza del lugar sino que también cuenta la historia de la devoción y el respeto hacia San Juan de Ortega.

Orfebrería

En el Museo del Retablo de Burgos, se puede admirar un pequeño crucifijo de marfil de tan solo 13 centímetros de altura, que data del siglo XII. Este crucifijo tiene su origen en el monasterio que se asocia con la iglesia de San Juan de Ortega. Su exhibición en el museo permite a los visitantes apreciar el arte de la orfebrería medieval y la maestría de los artesanos de aquel tiempo, así como la importancia cultural y religiosa que estos objetos tenían en la vida espiritual de la comunidad. La conservación de esta obra en el museo asegura que continúe siendo parte de la memoria histórica y cultural de Burgos y su entorno.

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