Liber Sancti Iacobi
El Liber Sancti Iacobi, que se estima fue compuesto alrededor del año 1140, es una importante recopilación que reúne diversos textos producidos durante la primera mitad del siglo XII. Esta colección incluye una variedad de escritos significativos, tales como sermones, misas, oficios, cantos y relatos de milagros, todos dedicados a rendir homenaje al apóstol Santiago, una figura de gran relevancia en la tradición cristiana y en la historia de España.
Historia Liber Sancti Iacobi
Se considera que la idea de crear esta compilación surgió del obispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, alrededor del año 1120. La iniciativa formó parte de sus esfuerzos para ampliar la Catedral de Santiago, un lugar de peregrinación muy importante. También fue un intento por dar a conocer al público y resaltar la creciente importancia de la figura del Apóstol Santiago, así como de la ciudad misma, que se ha convertido en un lugar de gran significado debido a la creencia de que en ella se conservan los restos del apóstol.
La recopilación del Liber Sancti Iacobi no fue un trabajo realizado en un único momento, sino que fue redactada a lo largo del tiempo y de manera independiente por diferentes autores. Cuando examinamos el manuscrito más famoso derivado de esta colección, conocido como el Codex Calixtinus, encontramos indicios de que la compilación pudo haber sido finiquitada en torno al año 1140. Esto lo podemos inferir a partir de algunos eventos y detalles que se encuentran en su contenido.
Por ejemplo, en el Libro II del Calixtinus, titulado el Libro de los Milagros, se relata un milagro que tuvo lugar en el año 1135. Esto nos lleva a pensar que, como mínimo, este libro podría haberse completado en el año 1136. Además, en el Libro V, que se conoce como la Guía del Peregrino, se presentan detalles sobre monumentos históricos que podrían situar la creación de esta guía alrededor del año 1130.
Al final del Codex Calixtinus se halla un apéndice, conocido como Apéndice II, que fue añadido posteriormente al manuscrito original. En este apéndice se encuentra una bula del Papa Inocencio II, aunque se discute la autoridad de este documento, se puede datar, como máximo, hasta el año 1143. Dentro del mismo apéndice también figura un milagro ocurrido en Vézelay, que está fechado en el año 1139. La presencia tanto de la bula como de este relato milagroso, que se encuentra fuera del contexto del Libro de los Milagros, sugiere que alrededor del año 1140 la compilación ya estaba consolidada, es decir, que el trabajo de recopilación había llegado a su fin y que el Liber Sancti Iacobi había tomado la forma definitiva que hoy conocemos.
Los manuscritos del Liber Sancti Iacobi
Se han creado varios manuscritos del Liber Sancti Iacobi a lo largo de los años, y actualmente se conservan aproximadamente doce de ellos. Estos manuscritos pueden clasificarse en dos grupos principales: por un lado, están los que contienen la versión más breve del manuscrito, conocido como libellus, y por otro lado, están aquellos que presentan la versión más completa. Dentro de esta última categoría, el más destacado y representativo es sin duda el Codex Calixtinus, que fue elaborado entre los años 1160 y 1180.
Los manuscritos que contienen la versión completa del Liber Sancti Iacobi son los siguientes:
- En Santiago de Compostela, se encuentra en el Archivo de la Catedral, donde está el Codex Calixtinus.
- En Londres, la British Library alberga el manuscrito conocido como Additional 12213.
- En Ciudad del Vaticano, se guarda en la Biblioteca Apostólica Vaticana el Archivo S. Pietro C 128.
- En Salamanca, también se conserva otro manuscrito importante en la Biblioteca Universitaria 2631.
- En Madrid, hay un manuscrito en la Biblioteca Nacional con la referencia 4305.
Por otro lado, también existen manuscritos que incluyen versiones parciales del texto y son los siguientes:
- En Barcelona, en el Archivo de la Corona de Aragón, se encuentra el manuscrito Ripoll 99.
- En Lisboa, la Biblioteca Nacional contiene el manuscrito Alcobaça CCCII que es el 334.
- Desde Ciudad del Vaticano, la Biblioteca Apostólica Vaticana también tiene el Borghese 202.
- La British Library en Londres posee otro manuscrito conocido como Cotton Titus A.XIX.
- En Pistoia, el Archivo di Stato conserva Documenti vari 27.
- En Madrid, además de los ya mencionados, existen otros dos manuscritos en la Biblioteca Nacional bajo las referencias 7381 y 13118.
Además de estos manuscritos, también hay otros que solo incluyen uno de los libros del Liber. Entre estos se encuentran obras como el Pseudo-Turpin y el libro titulado Libro de los Milagros, que cuentan con sus propias historias y milagros. Estos diferentes manuscritos reflejan la rica tradición y la trascendencia del Liber Sancti Iacobi en la literatura y la historia religiosa.
El Codex Calixtinus
El Codex Calixtinus o Códice Calixtino es un manuscrito iluminado del siglo xii que contiene el texto más antiguo del Liber Sancti Iacobi. Este códice se guardaba en la Catedral de Santiago de Compostela hasta su robo en julio de 2011 y su recuperación en 2012. Es el manuscrito más importante y completo, considerado por algunos como la versión original del Liber, aunque ahora se cree que existió un manuscrito anterior. El Calixtinus fue copiado entre 1160 y 1170 en Santiago, poco después de completar el Liber.
El Manuscrito de Ripoll
El Manuscrito de Ripoll, que se encuentra en Barcelona en la Biblioteca de la Corona de Aragón bajo la referencia Ripoll 99, también conocido como «Collectaneum. Miraculi beati Iacobi», tiene su origen en el histórico Monasterio de Santa María de Ripoll. Este importante documento fue copiado en el año 1173 por un monje del monasterio llamado Arnaldo de Monte. Se dice que Arnaldo realizó una peregrinación a Santiago de Compostela, lo que probablemente lo inspiró para llevar a cabo esta tarea. Se sospecha que tanto este códice como el famoso Códice Calixtinus podrían haber sido copiados de un manuscrito más antiguo que lamentablemente se ha perdido con el tiempo. Otra posibilidad es que el manuscrito de Ripoll haya sido realizado directamente a partir del Calixtinus.
El manuscrito está compuesto por 86 folios y tiene unas dimensiones de 280 por 138 milímetros. Cada página contiene un total de 26 líneas. La manera en que está organizado este códice es un poco distinta a la del Calixtinus, empezando con el Libro III, que incluye los textos relacionados con la traslación de Santiago. Luego, se presenta el Libro II, que está dedicado a los milagros, donde además se agrega un relato sobre el milagro de Vézélay ocurrido en el año 1139. Este milagro, a diferencia de los otros, no formaba parte de la redacción original del Calixtinus, sino que se había incluido anteriormente en un apéndice.
A continuación, en el manuscrito de Ripoll, se encuentra el Libro IV, el cual contiene el conocido Pseudo-Turpín, y también una buena parte del Libro V, que actúa como una Guía del Peregrino. Al final del manuscrito, hay una copia parcial del Libro I que incluye varios sermones y algunas piezas litúrgicas que son de gran interés. Sin embargo, es importante notar que el manuscrito de Ripoll no contiene ninguno de los dos apéndices que se pueden encontrar en el Calixtinus, lo que lo hace un documento único en su propia estructura y contenido.
El Manuscrito de Alcobaça
El Manuscrito de Alcobaça se encuentra en la Biblioteca Nacional de Portugal en Lisboa y proviene del Monasterio de Alcobaça, que está ubicado al norte de esta ciudad. Este manuscrito es un documento muy importante que se preserva en la biblioteca y es conocido como Alcobaça CCCII (334). El manuscrito cuenta con un total de 215 folios, lo que significa que tiene muchas páginas con información valiosa. Las medidas de cada una de estas páginas son de 347 milímetros de largo por 230 milímetros de ancho, lo que lo convierte en un documento bastante grande. Además, este manuscrito es una copia que se considera casi completa, lo que significa que se ha conservado en muy buenas condiciones y contiene la mayor parte de su contenido original. Esto es especialmente significativo para su estudio y revisión, ya que permite a los investigadores y académicos acceder a una gran cantidad de información sobre la historia y las tradiciones del lugar de donde proviene.