Catedral del Salvador de Santo Domingo de la Calzada
La Catedral del Salvador de Santo Domingo de la Calzada se encuentra en el municipio que lleva su mismo nombre, Santo Domingo de la Calzada, que forma parte de la hermosa comunidad autónoma de La Rioja en el Camino de Santiago Francés. Este edificio religioso es más que una simple catedral; es un Bien de Interés Cultural. Además, ha sido declarado Monumento histórico-artístico del Tesoro Artístico Nacional gracias a un decreto que se firmó el 3 de junio de 1931. Este reconocimiento resalta la importancia histórica y cultural que tiene la catedral dentro del patrimonio español.
Una de las características más singulares de esta catedral es que es la única en el mundo que tiene animales viviendo en su interior. Este hecho es posible gracias a una bula papal otorgada por el Papa Clemente VI, que data del 6 de octubre de 1350. Este permiso especial permite que un gallinero se encuentre dentro de la catedral. En este gallinero viven un gallo y una gallina, y su presencia está relacionada con un milagro muy significativo para la localidad. Este milagro es conocido popularmente como «donde cantó la gallina después de asada», lo que añade un toque de historia y tradición a este lugar de culto. La catedral no solo es un centro de espiritualidad, sino también un testimonio de la rica historia local y el fervor religioso de su comunidad.
Historia de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada
La Catedral de Santo Domingo de la Calzada es un sitio que no solo destaca por su impresionante estructura y su significativa historia, sino también porque es parte de los Caminos de Santiago de Compostela, especialmente del Camino Francés y de otros caminos del norte de España. Este notable lugar ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo cual resalta su valor cultural y su importancia dentro de la historia de Europa y América del Norte. La inscripción de este sitio en la lista de Patrimonio de la Humanidad ocurrió en el año 1993 durante la XVII sesión dedicada a tal efecto.
La historia de la catedral comienza con la construcción de una iglesia románica original, que fue levantada bajo la advocación del Salvador y de Santa María. Este proceso inició en el año 1098, cuando el rey Alfonso VI donó un terreno específico para facilitar la edificación de este importante templo. Posteriormente, en 1106, la iglesia fue consagrada por el obispo Don Pedro Nazar, lo que marcó un hito significativo en su historia. A lo largo de los años, la iglesia evolucionó y en el año 1158 adquirió el estatus de colegiata, y más tarde, en el año 1232, se convirtió en una catedral, convirtiéndose desde entonces en la sede principal del obispo de la diócesis de Calahorra-La Calzada.
La construcción de la catedral actual se inició en 1158, aunque se respetó y preservó gran parte de la estructura anterior. La dirección de estos trabajos de edificación estuvo a cargo del maestro Garçion, quien se aseguró de que se mantuviera la integridad arquitectónica del lugar. Durante el siglo XVI, se realizó un importante trabajo de renovación en la parte derecha del transepto, donde se levantó una sección extra para albergar la tumba de Santo Domingo, lo que contribuyó aún más a la importancia del edificio como un lugar de peregrinación.
Con respecto a su diseño, la catedral fue concebida como una iglesia de peregrinaje. Su ubicación en el famoso camino francés hacia la Catedral de Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela la hace un punto de interés vital para los peregrinos que viajan a este destino sagrado. Uno de los elementos más característicos de la catedral es su deambulatorio, que se sitúa justo detrás del altar mayor. Este deambulatorio permite la circulación de los fieles y peregrinos, facilitando así la visita y el respeto hacia la sacralidad del altar, un ejemplo de cómo la arquitectura religiosa fue diseñada para atender las necesidades de los visitantes de la época.
El gallinero de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada
El gallinero es una parte interesante y notable de la catedral que se ubica en una de las zonas más significativas de este edificio religioso. Este gallinero fue construido aproximadamente en el año 1460 y se destaca como una obra maestra del estilo gótico, utilizando piedra policromada que le da un aspecto vibrante y colorido. En su interior, habita una pareja singular que ha capturado la atención de muchos visitantes: un gallo y una gallina, ambos de plumaje blanco, que no solo embellecen el espacio, sino que también simbolizan algo muy especial.
Esta estructura se encuentra en el brazo derecho del transepto, localizado específicamente en el lado sur, conocido como el lado de la Epístola. Además, está justo enfrente de la tumba de Santo Domingo de la Calzada, un lugar que tiene gran importancia tanto para la catedral como para todos los peregrinos que cruzan por sus tierras. El gallinero no es solo una curiosidad; es un testimonio viviente y permanente del apoyo que brinda el Santo a todos aquellos que emprenden un viaje de fe. Este lugar hace eco de un milagro muy famoso que ayudó a propagar el nombre de Santo Domingo a lo largo de los caminos que siguen los peregrinos. Este milagro está recordado en el famoso dicho que dice: «Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada», lo cual resalta la conexión entre el lugar y la historia que la rodea.
Además, existe un documento muy antiguo que se encuentra en el archivo de la catedral. Este documento data del 6 de octubre de 1350 y sirve como evidencia histórica de la existencia de estas aves en el gallinero. En este documento, que es en realidad una bula emitida por el Papa Clemente VI de Aviñón, se mencionan indulgencias especiales para aquellos fieles que decidieran contribuir al culto de la catedral. También se proporciona un beneficio a aquellos que asistieran a los oficios divinos o simplemente que «miraran al gallo y a la gallina que hay en la iglesia”, lo que muestra la importancia de estas aves en la vida espiritual de la comunidad local en esos tiempos.
Es interesante notar que estas dos aves que viven en el gallinero no se quedan allí para siempre. Cada mes, son reemplazadas por otras aves que cumplen la misma función. Esta tarea de reemplazo es realizada por un grupo de voluntarios que son parte de la cofradía de Santo Domingo. Los voluntarios se encargan de cuidar y mantener este símbolo de la catedral, asegurándose de que el gallinero siga siendo un atractivo para los visitantes y un recordatorio vivo del milagro asociado a Santo Domingo de la Calzada. Así, el gallinero se mantiene no solo como una curiosidad visual, sino como un elemento vivo de la rica historia y la tradición religiosa del lugar.
La Catedral de Santo Domingo de la Calzada en la peregrinación a Compostela
La peregrinación a Compostela es una tradición muy rica y significativa que atrae a miles de personas cada año. Un lugar que se convierte en una parada esencial para todos los peregrinos que se aventuran en el camino hacia Santiago de Compostela es sin duda la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. Esta catedral no solo es un sitio religioso, sino también un símbolo de la historia y cultura del Camino de Santiago Francés. Para aquellos que recorren esta ruta tan conocida, detenerse en la catedral es una experiencia que no se puede pasar por alto. La belleza de su arquitectura y la espiritualidad que se siente en su interior son aspectos que enriquecen el viaje de cada peregrino que busca alcanzar su destino final en la Catedral de Santiago de Santiago de Compostela.
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