Iglesia del Santo Sepulcro Torres del Río

Iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río

La Iglesia del Santo Sepulcro es un templo cristiano que se encuentra en el municipio de Torres del Río, que está en la región de Navarra. Este edificio tiene una forma octogonal, lo que significa que su planta tiene ocho lados, y destaca por su interior, que cuenta con una cúpula cruzada, conocida en la arquitectura como crucería. Esta cúpula es una de las características arquitectónicas más singulares y distintivas que se pueden observar en este templo. Aunque la iglesia no es muy grande, su importancia radica en que es un claro ejemplo del estilo románico navarro que se desarrolló durante el siglo XII.

El templo está situado en un lugar estratégico, en el Camino de Santiago Francés, que es la ruta de peregrinación hasta la tumba del Apóstol Santiago en la Catedral de Santiago. Además, se encuentra a medio camino en la carretera que conecta la ciudad de Estella con Logroño, específicamente por la carretera N-111. Esta ubicación le da un valor adicional, ya que es un punto de paso para muchos peregrinos y visitantes que recorren esta ruta histórica. En reconocimiento a su relevancia histórica y cultural, la iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1931, lo que subraya su valor patrimonial y la necesidad de preservarla para las futuras generaciones.

Historia Iglesia del Santo Sepulcro Torres del Río

La iglesia tiene su origen ligado a la Orden del Temple, habiéndose construido entre los años 1160 y 1170. Esta época fue significativa para las encomiendas templarias, las cuales comúnmente adoptaban un diseño de planta circular. Este diseño estaba concebido en homenaje a la famosa iglesia del Santo Sepulcro localizada en Jerusalén, un lugar de gran reverencia y significado para los templarios. Sin embargo, no todas las iglesias templarias seguían estrictamente esta forma circular, existiendo una variedad de edificios que no presentaban una planta poligonal como la mencionada.

En lo que respecta al origen y la finalidad de las iglesias con planta central, así como sus raíces históricas, ha surgido un debate dentro de la comunidad científica. Este debate se centra en tratar de aclarar y comprender las motivaciones y significados detrás de estas estructuras arquitectónicas.

En el interior de la iglesia, las ménsulas desempeñan un papel crucial, ya que de ellas inician el empuje de ocho arcos que se entrecruzan, formando así una figura que recuerda a una estrella. Este diseño da lugar a un octógono central que se encuentra inscrito dentro de un círculo decorado con lacería, una característica característica del estilo artístico de la época. Además, la bóveda que se emplea es de tipo hispano-mahometano, lo que ha llevado a numerosos estudios especializados que sugieren una influencia notable de las cúpulas que es posible encontrar en el mhirab de la mezquita de Córdoba, otra joya arquitectónica de la península ibérica.

Estas características arquitectónicas son indicativas de una influencia que podría atribuirse a constructores de origen mudéjar, un estilo que se desarrolló en la España medieval y que combinaba elementos cristianos y musulmanes. Todo esto da lugar a la producción de uno de los ejemplos más representativos de lo que se denomina románico mudéjar, que floreció a finales del siglo XII y en los primeros años del siglo XIII.

La linterna que se encuentra en el templo fue construida después de que se terminara la obra principal del edificio. En el año 1914, el templo fue presentado por primera vez a la comunidad científica, y a partir de ese momento comenzó a ser parte de los estudios históricos, gracias a un artículo que fue publicado en el Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra. Los primeros análisis realizados sobre el edificio sugieren que su origen está ligado a la Orden del Santo Sepulcro, una institución que tuvo un papel importante en la historia. Debido a la importancia de estos análisis y a la relevancia cultural del templo, en 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico, lo que resaltó su valor patrimonial y su significancia en el contexto histórico.

A lo largo de los años, la iglesia ha sido objeto de varias restauraciones arquitectónicas, las cuales se han llevado a cabo en distintas etapas. La primera de estas fases de restauración se realizó entre los años 1960 y 1964, un período en el que se hicieron mejoras y arreglos importantes para preservar la estructura y los valores artísticos del templo. Luego, en 1993, se llevó a cabo otra restauración, la cual fue especialmente significativa, ya que coincidió con la celebración del Año Santo Jacobeo, un evento que atrae a numerosos peregrinos y visitantes. Estas restauraciones no solo han ayudado a mantener el edificio en buen estado, sino que también han permitido que más personas conozcan y aprecien su historia y su belleza artística.

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