Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
La Real Colegiata de Santa María es un lugar monumental muy destacado en Roncesvalles, Navarra, España, en el Camino de Santiago Francés. Es reconocido como un excelente ejemplo de arquitectura gótica navarra, influido fuertemente por el estilo de la región de la Isla de Francia, en París.
Fue construido por orden del rey de Navarra, Sancho VII, conocido como Sancho el Fuerte, quien quería que este lugar también fuera su tumba, tal como sucedió al final. La construcción comenzó a principios del siglo XIII y en su interior alberga una hermosa imagen de la Santa María de Roncesvalles que data del siglo XIV. A lo largo de los años, ha pasado por varias reformas y reconstrucciones debido a varios percances, siendo la más significativa la realizada en el siglo xvii, que afectó grandemente a toda la estructura, especialmente a la iglesia y al claustro.
Historia de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
La historia de la iglesia de Roncesvalles es un tema que ha despertado interés y debate a lo largo de los años. Existe la creencia de que existió una iglesia previa a la actual, que data del siglo XIII, aunque no hay consenso sobre su ubicación exacta. La construcción del templo actual se atribuye a Sancho VII, también conocido como «el Fuerte» (1194-1234), quien lo seleccionó como su lugar de sepultura. Aunque no se cuenta con información precisa sobre las fechas de construcción, se estima que ocurrió a principios del siglo XIII, específicamente entre 1215 y 1221.
La colegiata de Roncesvalles ha pasado por diversos avatares a lo largo de los siglos. Incendios en 1445, 1468 y 1626 causaron daños significativos al edificio. En el siglo XVII, debido a su estado de deterioro y abandono, se emprendió su reconstrucción, abarcando todo el complejo colegial, con especial atención a la iglesia y al claustro. Durante esta restauración, se modificó el aspecto gótico del interior para adoptar un estilo barroco, aunque se preservaron elementos góticos en el presbiterio y en un tramo de la nave.
La condición fronteriza de la iglesia, sumada a los incendios y a intervenciones de restauración, ha provocado numerosos cambios a lo largo del tiempo. En el siglo XVII, debido a su deterioro, se realizaron reformas que incluyeron la adaptación al estilo arquitectónico predominante en ese periodo. Entre 1622 y 1627 se llevó a cabo una remodelación que buscaba reforzar la estructura y ocultar la fábrica original. La Guerra contra la Convención (1793-1795) también dejó su marca en la historia de la iglesia de Roncesvalles.
Exterior de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
Cabecera de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
Fachada de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
Interior de la iglesia de la Real Colegiata de Santa María
Planta de la iglesia de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
La planta de la iglesia que vemos hoy en día consta de tres naves. La nave central es más ancha que las laterales y se divide en cinco tramos. Además, en la nave central encontramos una cabecera pentagonal, mientras que las laterales terminan de manera recta.
Los pilares que sostienen la estructura son cilíndricos y separan las naves, teniendo un grosor que varía. Estos pilares descansan sobre una base y tienen en la parte superior un capitel decorado con una doble faja de crochets de estilo sencillo. Estos pilares son fundamentales para sostener los arcos apuntados y las columnillas que sostienen los techos.
Sobre los arcos apuntados encontramos el triforio, que en cada tramo de la nave central está formado por cuatro arquillos apuntados sostenidos por columnillas con capiteles similares. Esta galería no tiene elementos de separación y da paso al óculo, donde vemos una secuencia de arcos apuntados como único elemento decorativo.
En la cabecera de la iglesia, encontramos ventanales grandes decorados con vidrieras modernas y coloridas fabricadas en Alemania.
Presbiterio de la iglesia de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
En el presbiterio del templo se encuentra una impresionante escultura de la Virgen de Roncesvalles. Esta figura tallada en madera, revestida de plata, de estilo gótico, data de mediados del siglo XIV y fue creada en Toulouse. Logra capturar a la perfección la esencia gótica mediante su cercanía, naturalismo y familiaridad en su representación.
Capilla del Santo Cristo
Cripta de la Colegiata de Roncesvalles
La Cripta de la Colegiata de Roncesvalles es un espacio subterráneo bajo el área del altar principal y parte central de la Iglesia de la Colegiata de Roncesvalles. Su propósito inicial parece haber sido puramente estructural, ya que no hay evidencia de que se veneraran reliquias importantes durante los primeros tiempos de la colegiata.
En términos arquitectónicos, la cripta representa uno de los pocos vestigios que perduran de la construcción original de la iglesia colegiata en el siglo XIII. Fue diseñada con la finalidad de adaptarse al desnivel del terreno donde se erigió la iglesia, en las proximidades de la llanura de Burguete. Esto explica la presencia de ventanas que conectan con el exterior, permitiendo la entrada de luz natural.
Con forma de cabecera pentagonal, una sección de la cripta, correspondiente al crucero de la iglesia, posee una bóveda de cañón, mientras que la cabecera cuenta con bóvedas de paño. En los muros centrales de la bóveda de la cabecera se abren ventanales con arcos de medio punto. El acceso a la cripta se realiza a través de un pasillo largo con una escalera empinada, cuya entrada se encuentra en el muro del lado del evangelio de la iglesia. Con unas dimensiones de 7,15 metros de ancho por 7,20 metros de longitud, los gruesos muros (entre 2,65-2,85 metros) contribuyen al soporte de los pilares de la iglesia, cuya nave central tiene una anchura de 8,40 metros.
La presencia de pinturas murales es un aspecto notable en la cripta. Estas pinturas datan del siglo XIII, pero desafortunadamente han sufrido mucho daño con el paso del tiempo. Para protegerlas, se tomó la decisión de cerrar la cripta al público durante un largo periodo. Sin embargo, hace unos pocos años se decidió reabrirla y ahora es posible visitar este tesoro artístico.
Aunque las pinturas forman un conjunto modesto, se distinguen por utilizar motivos que no se encuentran en otros templos de la península. Se cree que quizás fueron creadas por un grupo de artistas franceses que participaron en la construcción de la iglesia. Estas pinturas representan el único conjunto de pintura mural del Primer Gótico en Navarra, y nos brindan el repertorio más destacado de pintura medieval no figurativa de la región.
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