Video Capítulo 11 | Portomarín – O Pedrouzo con Jorge de la Rosa
Capítulo 11 | Camino de Santiago Francés Portomarín – O Pedrouzo con Jorge de la Rosa
- Etapa 28 | Portomarín – Casanova (31 km)
- Etapa 29 | Casanova – O’ Pedrouzo (41 km)
El Camino de Santiago Francés marcó un antes y un después en la vida interior de Jorge de la Rosa de una manera muy profunda. En ese momento, él estaba atravesando una depresión, un periodo difícil en el que acumulaba mucho dolor y tristeza en su interior. Cada paso que daba en el camino requería que Jorge enfrentara esos sentimientos y ese sufrimiento que llevaba dentro. Fue un viaje no solo físico, sino también emocional y espiritual, donde cada metro recorrido lo acercaba un poco más a la sanación y a la paz que tanto necesitaba.
En este undécimo episodio de su aventura, Jorge tuvo que despedirse nuevamente del grupo con el que había estado caminando. Esto fue difícil para él, ya que había creado lazos significativos con esas personas a lo largo del trayecto. Sin embargo, su billete de avión estaba reservado con anticipación, y estaba comprometido a llegar a la Catedral de Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela en una fecha específica. Mientras que el resto del grupo podía tomarse su tiempo y disfrutar del camino con calma, Jorge se veía obligado a seguir un rumbo diferente, lo que lo llenó de tristeza al dejarlos atrás, ya que había aprendido mucho con ellos y compartieron momentos inolvidables.
A pesar de esa despedida, Jorge quería resaltar que cada día se sentía mejor y mejor. Se sentía realmente orgulloso del trabajo interior que había realizado a lo largo de ese último mes. Había tenido la oportunidad de descubrir muchos aspectos ocultos de su ser, especialmente aquellos que pertenecían a su pasado. Reconoció heridas que todavía necesitaba trabajar en los próximos meses, pero a pesar de algunas caídas ocasionales, Galicia lo estaba tratando de una manera maravillosa. Cada día, Jorge sentía que estaba progresando y creciendo.
A lo largo del camino, esperaban localidades espectaculares como Palas de Rei, donde la belleza del paisaje invitaba a detenerse y disfrutar. También estaba Melide, famosa por su Pulpería Ezequiel, un lugar emblemático donde se podía degustar un delicioso pulpo a la gallega. No podía olvidar mencionar Arzúa, conocida por su cervecería, que se había vuelto muy popular entre los peregrinos. Aunque el final del camino se acercaba, Jorge quería destacar que su corazón estaba más contento que nunca. Sentía una gratitud profunda por las experiencias vividas y las lecciones aprendidas, y sabía que este viaje lo había cambiado para siempre.