Del Piamonte Pirenaico a Santiago: 66 días siguiendo la intuición
Descubrí la peregrinación a Compostela el año pasado caminando desde Le Puy-en-Velay hasta Fisterra, 99 días de marcha por el Norte/Primitivo. Una experiencia conmovedora que devolvió la vida a mi cuerpo y a mi espíritu después de haber rozado la muerte.
No esperaba que el camino me llamara de nuevo en 2025 y así fue como acabé en el camino del Piamonte Pirenaico en Francia.
Partí de Pamiers el 10 de septiembre para «unos días». Luego, al hilo de los encuentros, me encontré cruzando el puerto de Somport y tomando el Camino Aragonés. Paisajes impresionantes, mucho desnivel y pocos peregrinos. ¡Vaya viaje interior!
Luego, al llegar a Puente de la Reina en el Camino de Santiago Francés, había previsto volver a subir a Francia pero mi intuición decidió otra cosa. Camino entonces en dirección a Compostela sin saber muy bien por qué. Temo la multitud y el lado turístico de este camino, pero mi experiencia en los donativos ha cambiado por completo la imagen que tenía de él. Descubro entonces con alegría una nueva energía, nuevos paisajes y tengo muchos encuentros hermosos. Un verdadero flechazo por la Meseta, porque es en el silencio donde se puede oír su pequeña voz interior.
Después, al llegar a Ponferrada, reaparece el deseo de naturaleza y silencio. Así que tomé el Camino de Invierno y compré una tienda para descubrir el vivac. Llevaba mucho tiempo soñando con ello, era la ocasión. Y aquí estoy llegando a Santiago de Compostela 66 días más tarde, cuando no estaba previsto. ¡La magia de la intuición!
Feliz de volver a ver Santiago y todo el camino interior que he recorrido desde entonces. Caminar es el mejor terapeuta que existe.
Clémence Forien
Instagram: clemence.forien
Version en français:
Histoire de pèlerine
J’ai découvert le pèlerinage de Compostelle l’année dernière en marchant du Puy en Velay à Fisterra, 99 jours de marche par le Norte/Primitivo. Une expérience bouleversante qui a redonné vie à mon corps et mon esprit après avoir frôlé la mort.
Je ne m’attendais pas à ce que le chemin me rappelle en 2025 et c’est ainsi que j’ai atteri sur le chemin du Piémont Pyrénéens en France.
Je suis partie de Pamiers le 10 septembre pour « quelques jours ». Puis, au fil des rencontres, je me suis retrouvée à traverser le col du Somport et emprunter le chemin Aragonés. Des paysages à couper le souffle, beaucoup de dénivelés et peu de pèlerins. Un sacré voyage intérieur !
Puis, arrivée à Puente de la Reina sur le chemin français, j’avais prévu de remonter en France mais mon intuition en a décidé autrement. Je marche donc direction Compostelle sans trop savoir pourquoi. Je redoute le monde et le côté touristique de ce chemin mais mon expérience dans les donativo a complètement changé l’image que j’en avais. Je découvre donc avec joie une nouvelle énergie, de nouveaux décors et je fais pleins de belles rencontres. Un vrai coup de cœur pour la Meseta car c’est dans le silence qu’on peut entendre sa petite voix intérieur.
Puis, arrivée à Ponferrada, l’envie de nature et de silence réapparaît. J’ai donc bifurqué sur le camino invierno et acheté une tente pour découvrir le bivouac. J’en rêvais depuis longtemps, c’était l’occasion. Et me voilà arriver à Santiago 66 jours plus tard alors que ce n’était pas prévu. La magie de l’intuition !
Heureuse de revoir Santiago et tout le chemin intérieur que j’ai parcouru depuis. La marche est le meilleur thérapeute qui existe.










