Grañón

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Grañón es un pequeño y encantador municipio que forma parte de la comunidad autónoma de La Rioja en España. Este lugar es famoso porque representa el último pueblo donde los peregrinos se detienen en su recorrido por el Camino de Santiago Francés antes de salir de La Rioja. Grañón pertenece a la comarca de Santo Domingo de la Calzada, que es conocida por su rica historia y tradiciones, y también está bajo el término jurisdiccional de Haro, una ciudad conocida por sus vinos y viñedos. Los habitantes de Grañón, que son llamados grañoneros y grañoneras, se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería, actividades que han sido la base de su economía por generaciones.

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Iglesia Parroquial de San Juan Bautista en Grañon La Iglesia de San Juan Bautista se encuentra ubicada en el centro

Geografía Grañón

El municipio de Grañón se encuentra ubicado en la parte más oeste de La Rioja, específicamente en lo que se conoce como Rioja Alta, y está limitado por la Provincia de Burgos en su frontera. Esta zona presenta un paisaje diverso que transita entre áreas montañosas y boscosas, así como pendientes suaves y agradables que adornan el entorno. Sin embargo, la red de ríos y fuentes de agua es bastante escasa, lo que genera problemas en los meses de verano, sobre todo en aquellos días de intenso calor, ya que se llegan a implementar restricciones en el uso del agua. Esto afecta tanto a la población como a la agricultura de la región.

La extensa superficie del término municipal se utiliza principalmente para actividades agrícolas, siendo esta la principal ocupación de la zona. De hecho, aproximadamente solo un 10 por ciento del total del terreno está destinado al área arbolada. La mayor parte de la tierra es de secano, lo que significa que se cultivan principalmente productos que no requieren riego constante. Como resultado, casi todos los cultivos están enfocados en la producción de cereales, que son el pilar de la agricultura local. Además, se pueden encontrar grandes extensiones destinadas al cultivo de patatas, que es otro producto importante en esta área. En una menor proporción, también se desarrollan otros cultivos de regadío, como guisantes y alubias, que complementan la agricultura de la región.

Historia de Grañón

Los documentos históricos que han sido recuperados y analizados a lo largo del tiempo nos cuentan que el origen del pueblo de Grañón se remonta a hace muchos siglos, específicamente al siglo IX. Durante este periodo, se ordenó la construcción de un imponente castillo por parte del rey de León, Alfonso III. Este castillo fue edificado en la cima de un cerro que se encuentra muy cerca de la villa, conocido en aquel entonces como Mirabel o Mirabelia. Las Crónicas Najerenses, que son uno de los registros más importantes de la historia de la zona, indican que hacia el año 885 ya existía un castillo en Grañón. Sin embargo, otros estudios y documentos históricos también mencionan el año 889 como una fecha posible para la finalización de esta fortaleza. Este castillo, junto con otras estructuras defensivas cercanas, tenía la misión fundamental de protegerse de las invasiones musulmanas que amenazaban los territorios cristianos de la región.

A la sombra y protección del castillo de Grañón, comenzaron a surgir pequeños barrios y aldeas, que con el tiempo fueron creciendo y conformando una población más estable. Se tiene conocimiento de la existencia de varios hospitales en la zona, y uno de los más destacados era el de Carrasquedo, el cual en la actualidad se ha convertido en una ermita que lleva el mismo nombre. Durante la segunda mitad del siglo XI, Grañón se vio envuelto en las luchas territoriales que se daban entre el rey Sancho VI de Navarra y Alfonso VIII de Castilla, lo que complicó aún más la situación en la región. En el año 1176, los navarros y los castellanos se reunieron bajo la mediación del rey inglés Enrique II, con el propósito de poner fin a estas hostilidades y conflictos. El rey navarro reclamaba el castillo de Mirabel, ya que consideraba que le correspondía por derecho de herencia. Sin embargo, a pesar de estas reclamaciones, el castillo de Grañón continuó bajo el control de Castilla. En 1187, Alfonso VIII decidió otorgar un fuero a la villa de Grañón, lo que permitió establecer y planificar el nuevo asentamiento de una manera más formal y organizada.

Con el desarrollo de la nueva población, los habitantes de los diferentes barrios comenzaron a concentrarse en torno al Monasterio de San Juan, que se erige en el mismo lugar donde hoy se encuentra la actual iglesia parroquial de San Juan Bautista. La nueva disposición urbanística medieval resultó en la revitalización del famoso Camino de Santiago Francés, que se vio reorientado por la intervención del Santo Domingo de la Calzada; este redirigió el camino desde la antigua calzada romana hacia Burgos, pasando por Grañón y Redecilla del Camino. Grañón estaba rodeado de murallas, aunque desafortunadamente no queda ningún vestigio de estas estructuras defensivas en la actualidad. Con el tiempo, a medida que se fue consolidando el nuevo centro urbano, la importancia del castillo comenzó a disminuir, lo que permitió que la villa de Grañón evolucionara y que su población creciera con el paso de los años. Las tierras de Grañón, con su riqueza y fertilidad, han sido motivo de numerosas disputas a lo largo de la historia. La disputa más famosa que se conoce es la Leyenda de los Valientes, un conflicto entre las localidades de Grañón y Santo Domingo de la Calzada, que giraba en torno a la posesión de las tierras conocidas como La Dehesa, que abarcaban unas mil hectáreas, situadas entre ambos pueblos.

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