Catedral Metropolitana de Santa María de la Asunción
La Catedral Metropolitana de Santa María de la Asunción, situada en la ciudad de Pamplona (Comunidad Foral de Navarra, España), sede de la Archidiócesis de Pamplona y Tudela, es un conjunto arquitectónico eclesiástico único, por tratarse del complejo catedralicio más completo que se conserva en España. Presenta las edificaciones habituales en otras catedrales como iglesia, claustro y sacristías, pero además conserva la cillería, refectorio, sala capitular y dormitorio, que son más propias de la vida común a la que estaba sujeto su cabildo y que a lo largo de los siglos se han ido derribando en otras catedrales españolas. Las estancias que lo configuran fueron construidas en distintas épocas y estilos, conservándose hoy en día algunas de las dependencias románicas, pero predominando sobre todo las edificadas en estilo gótico (entre ellas la iglesia y el claustro) de los siglos xiv al xvi. La fachada oeste, de estilo neoclásico, se levantó a finales del siglo xviii.
Destacan en este conjunto de edificios; el claustro, que está considerado una maravilla del arte gótico europeo y desde luego el mejor claustro del siglo xiv; la cocina, que es uno de los tres únicos ejemplos supervivientes de cocina gótica de toda Europa; y por último la fachada principal, una de las obras más puras y representativas del neoclasicismo en la península.
Advocación del templo y de la imagen titular Catedral de Pamplona
Desde su fundación el templo ha estado bajo la advocación de Santa María de la Asunción cuya festividad, el 15 de agosto, se celebra desde entonces como la propia asociada a esta iglesia episcopal. Es posible que, por un fenómeno de metonimia, se ha asociado la titularidad del edificio con la imagen titular del templo, Santa María la Real. Recientemente, durante el siglo xx, se suscitó el cambio de advocación acorde con la imagen titular que la preside como recoge David Ascorbe, técnico del Archivo Catedral y del Archivo Diocesano de Pamplona. Este técnico afirma incluso que «la imagen titular de la seo pamplonesa ha sido conocida, a lo largo de los siglos, por numerosas advocaciones» para, a continuación, enumerar aquellas que han dejado una huella documental como son: Nuestra Señora del Sagrario, Santa María la Real, Santa María de Pamplona, Santa María la Blanca, Nuestra Señora de los Reyes y la Virgen del Medio Agosto.
Orígenes Catedral de Pamplona
La primera vez que se tiene constancia de la iglesia de Pamplona es en el año 589, en un documento en el que se menciona al obispo de dicha ciudad en el Concilio tercero de Toledo, y si existía un obispo, tenía que tener una cátedra y por tanto existía una catedral. Sin embargo, la primera prueba física de la existencia de una edificación eclesiástica en dicho lugar se encontró insertada en los cimientos de la edificación románica, y es un capitel labrado por tres de sus caras, fechado en el siglo ix o x, lo que corroboraría la existencia de una iglesia por esas fechas.
En 924 había una célebre iglesia que fue demolida por Abd al-Rahman III (iglesia a la que pertenecería el capitel citado anteriormente). El rey Sancho Abarca (970-994) donó a Santa María la villa de Pamplona. Sancho el Mayor reconstruyó el primer templo diocesano, y el impulso decisivo fue dado en el siglo xii. Es en el año 1086, cuando el obispo Pedro de Roda sustituye canónigos seculares por una comunidad fija de canónigos regulares, conforme a la Regla de San Agustín, creando así el cabildo catedralicio, de estilo románico, levantado entre 1100 y 1127. La consagración fue llevada a cabo el 12 de abril de 1127 por el obispo Sancho de Larrosa con la asistencia del rey Alfonso el Batallador.
Durante el final del siglo xiii y la primera mitad del xiv, se construyó el nuevo claustro en estilo gótico, y a lo largo del siglo xiv se levantaron algunas edificaciones también góticas como la capilla Barbazana y el refectorio. El 1 de julio de 1390, se derrumba la catedral románica por la zona del coro, quedando intacta la fachada y la zona de la cabecera. Tras este suceso, se comenzó rápidamente a construir una nueva iglesia, esta vez como el resto de las edificaciones que se habían llevado a cabo en el siglo anterior como el claustro, en estilo gótico.
Diferentes intervenciones se efectuaron en los siguientes siglos en todo el conjunto, siendo la más destacable la sustitución de la fachada románica por una neoclásica a finales del siglo xviii.
Catedral románica
Esta edificación levantada a principios del siglo xii, entre 1100 y 1127, era de grandes dimensiones (70 metros de largo por 50 de ancho), siendo solo superada en esa época por la Catedral de Santiago. Estaba magníficamente labrada y constaba de tres naves, una central y dos laterales, que tenían una anchura algo menor a las actuales. De hecho, la planta de dicha catedral viene a coincidir en gran medida con la que se levantaría siglos después en estilo gótico. Constaba de tres ábsides, siendo el central semicircular al interior y poligonal al exterior, y los laterales semicirculares en ambos casos. Es muy peculiar la gran distancia que hay entre los ábsides laterales y el central. Bajo el ábside lateral derecho se halló una cripta de tres naves sostenidas por columnas exentas y adosadas y con un altar.
En las siguientes décadas se construyeron en estilo románico diferentes edificaciones del conjunto, como la capilla de San Jesucristo, que pertenecería al palacio Real y Episcopal, la cillería y también el claustro (desmantelado a finales del siglo xiii para sustituirlo el actual gótico), del que solo se conservan algunos de sus magníficos capiteles en el Museo de Navarra.
La fachada de dicha edificación se mantuvo en pie hasta su desmantelamiento en el siglo xviii cuando se levantó la actual neoclásica. De ella solo se conservan algunos capiteles y tallas de figuras humanas, así como el dibujo de su planta, realizado en el plano del proyecto de la nueva edificación. Se sabe por diferentes documentos que poseía dos torres, la sur de altura similar a la nave central, y la norte, de mayor porte y coronada con un chapitel, por lo que se referían a ella como «la torre». En ella se albergaban las campanas litúrgicas.
En las excavaciones llevadas a cabo en el interior de la iglesia en los años 90, se encontraron los cimientos de la fábrica románica, así como la cripta, por lo que sabemos exactamente las dimensiones y distribución de la misma. Además de estos, los únicos restos románicos que se conservan in situ son la citada capilla de San Jesucristo, restos bajo las sacristías y la cillería con sus torres y su antigua puerta de acceso (parcialmente reconstruida). En unas recientes investigaciones se han encontrado restos románicos bajo las sacristías, así como restos de un palacio de la misma época en el lado sur del claustro.
Iglesia
La razón por la que se levanta el actual templo gótico es el repentino derrumbe de la anterior fábrica. Esto obliga a comenzar las obras con celeridad, puesto que la catedral servía de marco para los actos más importantes del reino, como la coronación y unción de los reyes, su bautismo, o su enterramiento cuando habían fallecido. Por esta razón, su reconstrucción se convirtió en objetivo primordial para los reyes Carlos III el Noble, Leonor de Trastámara, y sus sucesores, cosa poco habitual en aquella época en la que el cabildo y los obispos solían sufragar los costos de las intervenciones que se llevaban a cabo en los conjuntos catedralicios y en las que los reyes únicamente costeaban capillas, retablos o piezas de orfebrería. En este caso, debido a que la ruina del edificio anterior era casi total, y ante la imposibilidad de que el cabildo ni el obispo asumiesen por sí solos los costes de la nueva construcción, los propios reyes destinarían una parte de sus rentas en los sucesivos años para levantar el nuevo templo, como haría más tarde su hija Blanca.
Se encontraban a finales del siglo xiv y el estilo imperante en toda Europa era el gótico. En Navarra, por tener frontera con Francia y al haber reinado en ella diferentes linajes franceses, como los Evreux (que gobernaban en esos años) y los Champaña, la influencia francesa fue muy importante y constante a lo largo de los siglos xiii y xiv, y por ello, el estilo en el que se construyó la nueva iglesia fue en gótico francés.
El día 27 de mayo de 1394 fue colocada la primera piedra, como podemos leer en la inscripción del relieve del segundo pilar de la nave central desde el crucero, en el lado del evangelio, inscrito bajo un relieve que representa a tres canónigos arrodillados ante una Virgen sedente, en la que pone: “Capi(tu)l(u)m eccl(esie) Pampilon(ensis) an(no) M.CCC.LXXXX.IIII.”
Interior Catedral de Pamplona
La planta de la catedral, como es habitual, está compuesta por el cuerpo de naves, el crucero y la cabecera.
El cuerpo de naves consta de tres naves, una central de mayores dimensiones (12,2 m de ancho por 25,3 m de alto) y dos laterales (7 m de ancho por 12,8 m de alto) que se distribuyen a lo largo de seis tramos, aunque el último, el más próximo a la fachada, se levantó junto con la misma a finales del xviii.
Adosadas a lo largo de las naves laterales nos encontramos con una serie de capillas, a excepción de los dos tramos más próximos al crucero por el lado de la Epístola, en que dan paso a un espacio indefinido que se explica con la necesidad de unir la iglesia con el acceso al claustro que ya estaba concluido. Aunque la mayoría de las capillas corresponden a un tramo de la nave que queda entre los contrafuertes, las dos capillas más próximas a la fachada occidental ocupan un espacio que corresponde a dos tramos. Todas son rectangulares y tienen unas dimensiones de 5,2 m de ancho por 6,5 m de largo, menos las dobles que duplican esta longitud, y la altura en todos los casos es la misma de las naves laterales.
Los soportes de la nave principal están compuestos por pilares exentos de forma romboidal con doce finas columnillas separadas por molduras cóncavas. Estas, reciben el peso de los arcos fajones y formeros, así como de los nervios diagonales. Los pilares que se sitúan entre la nave lateral y las capillas no son exentos, por lo que aunque similares a los anteriores, modifican en parte su estructura. Por su parte, las capillas dobles poseen un pilar exento, que por su lado interno y externo, no posee baquetones, sino una sección semicircular. Los arcos son apuntados, con un apuntamiento muy marcado y de perfil muy moldurado.
Capillas de la Catedral de Pamplona
- Capilla de San Juan Bautista, que durante siglos funcionó como la parroquia del mismo nombre, vinculada completamente con la catedral y que correspondía al barrio de la Navarrería. El antiguo edificio, adyacente a la cátedra, fue absorbido por las ampliaciones góticas (1394-1501) de esta y situada en sus funciones en esta capilla; es, por tanto, la parroquia más antigua de la ciudad. Tras las expulsión de los jesuitas en 1767 estaba disponible la iglesia de Jesús y María en la calle Compañía a donde se traslada en 1951.
- Capilla de Santa Cristina,
- Capilla de San José y Santo Tomás,
- Capilla de San Andrés,
- Capilla Sandoval (en la girola),
- Capilla del Santísimo (en el brazo sur del crucero),
- Capilla de San Juan Evangelista y
- Capilla de Santa Catalina (ambas en el lado de la Epístola).
Hasta 1747 la girola estaba dividida en capillas y los retablos que actualmente se conservan in situ así lo atestiguan. Como en la actualidad los retablos no corresponden siempre con una capilla que lo albergue, se habla de ellos en una sección aparte del artículo.
Crucero de la Catedral de Pamplona
El crucero es cuadrado, y sus dos brazos están formados por dos tramos cada uno, el primero es rectangular, del ancho de la nave lateral y el siguiente casi cuadrado. La bóveda está a la misma altura que la nave central y es soportada por pilares similares a los de la misma, pero en este caso están compuestos por dieciséis columnillas en vez de doce.
Ambos brazos cuentan con dos ventanas dispuestas una frente a la otra en el tramo más próximo al crucero. La estructura es similar a la de las ventanas, pero la tracería es flamígera. Dos pequeños rosetones perforan los hastiales, con una tracería flamígera, similar a las del ala norte del claustro.
La cubierta del crucero está compuesta por una bóveda de terceletes, con sus cinco claves. Los tramos más próximos de los brazos presentan una crucería simple, barlonga, reforzada por ligadura longitudinal, y los tramos más externos, cuentan con bóvedas de crucería simple, de plan cuadrado y con ligaduras longitudinales y transversales. Los nervios presentan un perfil más agudo y complejo que los de la nave, lo que se explica por su pertenencia a una fase constructiva posterior. Otro hecho que viene a demostrar que fue construida en época posterior, es la ausencia de talla en las claves, aunque este hecho se ve disimulado, puesto que están tapadas con grandes claves postizas de madera dorada. Las bóvedas alrededor de las claves se encuentran nuevamente policromadas.
Exterior Catedral de Pamplona
El cuerpo de naves presenta al exterior dos paramentos diferenciados. El inferior que corresponde a las capillas y el superior que corresponde a la parte alta de la nave central.
Las ventanas presentan el mismo esquema que al interior, con la diferencia de que sobre el arco hay un guardapolvos sustentado por ménsulas de cabezas humanas por el lado norte, y de animales por el lado sur. Cada tramo está separado por un contrafuerte sencillo de forma cuadrangular, cinco en el lado norte y tres en el sur. De este contrafuerte sale un sencillo arbotante con forma de cuarto de círculo que se apoya en otro contrafuerte igualmente cuadrangular. No se tiene certeza de si la ausencia de pináculos en éstos, se debe a que nunca existieron o a su desaparición. En el lado sur existe una pequeña puerta apuntada tapiada.
Fachada de la Catedral de Pamplona
A pesar del derrumbe parcial de la catedral románica en 1390, la iglesia mantuvo intacta su fachada, construida en dicha época. De esta primitiva fachada únicamente nos queda el dibujo de la planta, en un plano de Ventura Rodríguez de 1783, cuando iba a ser sustituida por la actual, y algunas tallas que se conservan en el museo de Navarra.
Nos encontramos ante una composición tripartita, frontis clásico entre dos torres laterales. A pesar de ser una ruptura total con el interior y de tapar por completo su morfología, no descuida ni sus proporciones ni su iluminación, manteniendo los rosetones para iluminar las naves.
Es una composición totalmente academicista, con su frontón tetrástilo pareado en profundidad, levemente adelantado al resto y separado en un pódium con escaleras. Las columnas de fuste liso, descansan sobre plinto y basa ática, con capiteles corintios, y soportan un entablamento con su arquitrabe, un friso liso, cornisa y un frontón de grandes dimensiones con el escudo del Cabildo de la ciudad como único adorno.
Sobre este cuerpo se levanta un segundo retranqueado, sustituyendo las columnas por pilares adosados al muro, incluyendo en su centro el rosetón y rematado todo ello por un nuevo frontón de las mismas dimensiones que el inferior, sin decoración, y coronado por una cruz y dos ángeles a ambos lados en posición oratoria y dos flameros.
Los cuerpos laterales sirven como unión entre el frontón y las torres. Lo hacen de forma sencilla, con formas cuadrangulares, en los que lo más destacable son dos barandillas pétreas.
Las torres están divididas en tres cuerpos. El inferior con paramentos desnudos y dos grandes ventanas, una de ellas con frontón sobre ménsulas. Rematado el conjunto con un entablamento de cornisa volada, pasa a un segundo cuerpo igualmente desnudo con un entablamento en su base y un reloj de sol en la torre norte y uno mecánico en la sur como únicos adornos, que encajan con las dimensiones del rosetón central. El tercer cuerpo, el de campanas, tiene un desarrollo ochavado. Con flameros en las esquinas y columnas compuestas enmarcando los vanos, que están rematados con arcos de medio punto, siendo los de los ángulos de menor tamaño. Sobre ello un volumen cilíndrico rodeado por ocho flameros y encima un remate en forma de campana.
Claustro de la Catedral de Pamplona
El actual claustro fue levantado entre 1280 y 1360 aproximadamente. Es considerado uno de los mejores ejemplos de claustro gótico de toda Europa y sin duda, el mejor del siglo xiv. Existía otro en el mismo lugar de factura románica, pero que al parecer se encontraba en mal estado (especialmente tras la guerra de la Navarrería en 1276), por lo que bajo el episcopado de Miguel Sánchez de Uncastillo, se llevó a cabo su reconstrucción en el nuevo estilo imperante. De este claustro primitivo se conservan algunos capiteles magníficamente labrados en el Museo de Navarra.
Son reconocibles tres etapas constructivas, que se atienden a su vez a cambios morfológicos y evoluciones en la solución de la decoración de ciertos elementos. Las obras debieron comenzar por el lado Este, en el que las tracerías son más sencillas, y continuó el avance por el lado Norte, Oeste y finalmente el Sur, donde observamos una mayor complejidad en el diseño de las mismas.
Catedral de Pamplona |
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Localización | ||
País | España | |
Comunidad | Navarra | |
Localidad | Pamplona | |
Coordenadas | 42°49′11″N 1°38′27″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Pamplona y Tudela | |
Orden | Clero secular | |
Advocación | Santa María de la Asunción | |
Historia del edificio | ||
Fundación | 1394 | |
Construcción | Iglesia (1394-1501) Fachada (1784-1805) |
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Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Catedral | |
Estilo | Iglesia gótica, fachada neoclásica | |
Año de inscripción | 3 de junio de 1931 | |
Bien de Interés Cultural Patrimonio histórico de España |
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País | España | |
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0000755 | |
Declaración | 3 de junio de 1931 | |
Sitio web | www.catedraldepamplona.com |