Basílica de Nuestra Señora del Puy

Basílica de Nuestra Señora del Puy de Estella

La basílica de Nuestra Señora del Puy es un importante y emblemático lugar de culto situado en la bonita ciudad de Estella que se encuentra en la comunidad foral de Navarra, en el Camino de Santiago Francés. Esta basílica está dedicada a la Virgen María, que es la patrona de la localidad y de sus habitantes. Su ubicación es realmente privilegiada, ya que se encuentra sobre una colina, específicamente encima del barrio de Lizarra, que es considerado el núcleo original de lo que hoy conocemos como Estella. Esta posición elevada no solo le proporciona un carácter distintivo, sino que también ofrece a quienes la visitan una vista panorámica impresionante de toda la ciudad. Desde este punto, se puede observar no solo los diversos rincones de Estella, sino también las principales vías de comunicación que la conectan con otras localidades, así como los accesos que permiten a los visitantes llegar con facilidad. Además, la basílica brinda vistas a los hermosos montes que rodean la ciudad, ayudando a crear un entorno de paz y belleza natural que complementa la majestuosidad del edificio religioso. Sin duda, la basílica de Nuestra Señora del Puy es un lugar donde la espiritualidad se encuentra con la naturaleza en un entorno urbano pleno de historia y cultura.

Etimología Basílica de Nuestra Señora del Puy

La basilica recibió el nombre de Nuestra Señora del Puy, lo cual tiene dos razones detrás de esta elección. En primer lugar, hace referencia a una advocación muy venerada que se encuentra en Francia, conocida como Nôtre Dame du Puy en la ciudad de Le Puy-en-Velay. Esta conexión con una tradición religiosa francesa es muy significativa y refleja la influencia de esta devoción en la región. Además, el nombre también se debe a la propia localización geográfica de la basilica, que está situada en una elevación, lo que en términos geográficos se traduce como «lo alto». Esta posición elevada es clave para entender la etimología del término Puy, que hace alusión a un lugar situado en una altura. En ocasiones, se pueden encontrar variaciones del nombre como Poyo o Pueyo, que sirven para describir lugares similares que también tienen características elevadas. Así, el nombre Virgen del Puy no solo implica una conexión con la veneración en Francia, sino que además refleja la propia realidad geográfica de su ubicación en España.

Historia y leyenda

Existen relatos que nos cuentan sobre una leyenda antigua que se remonta al año 1085. En esa época, se estaba gestando la creación de lo que sería la nueva ciudad de Estella. En ese contexto, un grupo de pastores que vivían en Abárzuza, atraídos por la vista de unas estrellas que parecían indicarles un camino, decidieron seguir esa señal. Su búsqueda los llevó a una cueva donde hicieron un descubrimiento sorprendente: encontraron una imagen de la Virgen con el Niño. Esta imagen, según la leyenda, había sido enterrada en tiempos pasados después de que los moros conquistaran la Península Ibérica. Al enterarse de este hallazgo, el rey Sancho Ramírez decidió que debía construirse un templo en el mismo lugar donde se encontró la imagen, para rendirle homenaje a la Virgen.

Con el paso del tiempo, este templo llegó a estar bajo el patronato real, lo que significa que los reyes tenían la autoridad sobre él y lo protegían. Se sabe que en el año 1174, el obispo de Pamplona, conocido como Pedro de París, hizo una donación importante: entregó la iglesia del Puy a un grupo de sesenta cofrades de Santiago. Sin embargo, esta relación de dependencia con la iglesia duró poco tiempo, ya que la cofradía se disolvió en el año 1323, por lo que el poder sobre el templo volvió a manos de la corona.

Durante un breve periodo en el año 1482, bajo el reinado de Francisco Febo, la situación del templo cambió otra vez. Esta vez, dejó de depender directamente de la corona y pasó a estar bajo la autoridad de la colegial de San Bartolomé, que se ubicaba en el lugar conocido como Gollano. Sin embargo, años más tarde, en el año 1502, el templo se reincorporó a la corona, siendo en ese momento el Príncipe de Viana, Andrés Febo de Navarra, quien asumió la responsabilidad.

En otra parte de la historia de este lugar, es interesante mencionar que en las cercanías del templo hay una placa que recuerda un trágico evento ocurrido en 1839. En ese año, varios generales carlistas fueron fusilados por orden del general Rafael Maroto. Esta placa es un recordatorio de los acontecimientos históricos que marcaron la región.

Con respecto al templo en sí, es importante notar que la iglesia original, que se construyó en el lugar donde se halló la imagen de la Virgen, fue reemplazada con el tiempo. Se erigió una construcción en estilo barroco, aunque posteriormente, entre los años 1929 y 1951, se llevó a cabo la construcción de la iglesia actual. Esta nueva edificación fue diseñada por el arquitecto Víctor Eusa y representa un importante legado arquitectónico de la zona. Así, la historia y la leyenda de este lugar han perdurado a lo largo de los siglos, reflejando la rica herencia cultural y religiosa de la región.

Descripción de la Basílica de Nuestra Señora del Puy

La basílica antigua que una vez estuvo en el lugar fue reemplazada siglos más tarde por una impresionante iglesia de estilo barroco, que presenta una planta con forma de cruz latina y una cabecera recta. Esta nueva iglesia incluía también un pequeño camarín que se adosaba a la estructura principal. La nave de esta iglesia se cubría con una bóveda de medio cañón que incorporaba lunetos, lo que le daba un toque distintivo y luminoso, con la excepción del crucero donde se alzaba una elegante cúpula sostenida por pechinas. A cada lado de la nave había capillas laterales que se comunicaban con la nave y con los brazos del crucero, creando un espacio interior que invitaba a la contemplación y la devoción.

Aunque aún se conserva un hermoso atrio de acceso que data de ese periodo barroco, el templo que podemos ver hoy fue construido entre los años 1929 y 1951. Esta obra se realizó según los planos del reconocido arquitecto pamplonés Víctor Eusa, quien desarrolló dos proyectos distintos para la basílica. El primero, diseñado en 1929, presentaba una clara influencia de los modelos de la Sezession y una concepción espacial más simple que no llegó a concretarse. Sin embargo, el segundo proyecto, que fue realizado en 1949, destacó por una mayor atención a la modelación del espacio. Esta preocupación se reflejó de manera notable en la capilla mayor, que fue concebida con una forma similar a una girola. Este diseño se convirtió en un tema fundamental del edificio, resultando en un recinto que era a la vez transparente y complejo, lleno de matices que lo hacían único.

La planta del templo, así como toda su decoración, gira en torno a la forma de una estrella de ocho puntas, que es un símbolo significativo de la ciudad de Estella, cuyo nombre en latín es Stella, que significa estrella. Este detalle no solo añade un valor estético al diseño, sino que también refuerza la identidad local y la conexión de la iglesia con la comunidad. Dentro del templo se conserva una venerada imagen de la Virgen, que data de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV. Esta estatua es de madera y está forrada de plata, lo que le confiere un aspecto extraordinario y sagrado. Además, en el interior del templo se exhibe una copia de la imagen que fue creada con el propósito de ser utilizada durante las procesiones, permitiendo así que la devoción a la Virgen sea mantenida viva en la comunidad.

Festividad

La festividad de la Virgen del Puy se celebra el 25 de mayo y es un evento muy importante para la ciudad. Este día es especial para muchos habitantes que rinden homenaje a la Virgen, que es considerada la patrona de Estella. Durante esta celebración, se llevan a cabo diversas actividades en las que la comunidad participa con fervor y devoción. Además del 25 de mayo, también se celebran misas destacadas durante las fiestas patronales que suelen tener lugar alrededor del primer domingo de agosto. Estas misas no solo honran a la Nuestra Señora del Puy, sino que también son dedicadas a San Andrés, quien tiene un lugar especial en las tradiciones de la ciudad. Así, la festividad no solo resalta la religiosidad de los residentes, sino que también une a la comunidad en la celebración de sus creencias y tradiciones.

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