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Iglesia San Juan Bautista en Burlada
La Iglesia de San Juan Bautista de Burlada es un templo católico de construcción moderna que vino a reemplazar a una iglesia románica más antigua que existía en el mismo lugar. Actualmente, esta iglesia sirve como parroquia del pueblo de Burlada, una localidad situada en la Comunidad Foral de Navarra, al norte de España. Burlada se encuentra a una distancia de tan solo 3 kilómetros de la ciudad de Pamplona, la capital de la comunidad, lo que la convierte en un lugar cercano y de fácil acceso y en Camino de Santiago de Santiago Francés.
La antigua iglesia de San Juan Bautista de Burlada
La antigua iglesia de San Juan Bautista, ahora desaparecida, estaba situada en la Plaza San Juan, en la parte vieja de la localidad de Burlada, muy próxima al río Arga que atraviesa esta localidad navarra. Aunque en la actualidad no queda ningún rastro de este edificio histórico, se conservan fotografías del año 1931 que nos permiten conocer su aspecto y características arquitectónicas. Estas imágenes muestran que la iglesia tenía un diseño románico, con una torre campanario de forma prismática y unos contrafuertes laterales que reforzaban su estructura. Además, el templo estaba unido a un edificio vecino: el palacio del arcediano, una edificación gótica que destacaba por su puerta apuntada, sobre la que se asentaba un matacán sostenido por tres ménsulas de rollo. Este acceso estaba flanqueado por ventanas geminadas decoradas con tracería gótica, y el conjunto incluía también un patio interior, que aumentaba su valor arquitectónico e histórico.
El interior de la iglesia de San Juan Bautista albergaba importantes obras de arte religioso. Entre ellas, destacaba un retablo mayor dedicado a San Juan Bautista, realizado entre los años 1529 y 1546 en un estilo plateresco. Este retablo fue pintado por Juan del Bosque y tallado por el maestro escultor Esteban de Obray. Otro retablo significativo era el de San Blas, una obra del artista Bernat de Flandes, que fue elaborada en el año 1556. Este mismo autor también creó un tercer retablo, dedicado a Santa Catalina, que actualmente está perdido. En el año 1956, los dos retablos principales, el de San Juan Bautista y el de San Blas, fueron vendidos a la Institución Príncipe de Viana (perteneciente a la Diputación Foral de Navarra) para garantizar su conservación. Hoy en día, estas piezas están protegidas y se pueden admirar en el Museo de Navarra.
La iglesia de San Juan Bautista y el palacio del arcediano desaparecieron hacia mediados del siglo XX, concretamente durante la década de 1970. El aumento de la población, junto con la necesidad de construir nuevas viviendas, entre ellas casas para maestros, llevó a la demolición de estos edificios históricos. Según el arquitecto José Yarnoz Larrosa, quien documentó la iglesia antes de su desaparición, este templo era “un buen elemento artístico”, destacando por su composición fina, una ejecución cuidada y una arquitectura sólida que había logrado mantenerse bien conservada hasta entonces. A pesar de su ausencia, el recuerdo de esta iglesia y sus retablos perdura gracias a los esfuerzos realizados para preservar parte de su legado artístico.
La nueva Iglesia San Juan Bautista Burlada
Durante la década de los años 70, el municipio experimentó un notable aumento en su población, lo que trajo consigo un rápido proceso de urbanización en los alrededores del antiguo templo. En esta época, el área que rodeaba a la iglesia original fue ocupada progresivamente por nuevas edificaciones destinadas a viviendas, especialmente para alojar a maestros y maestras. Esto llevó a la decisión de derrumbar la antigua iglesia, sacrificándola para dar paso a estas nuevas construcciones.
El arquitecto José Yarnoz Larrosa, quien en aquel entonces trabajaba para la Institución Príncipe de Viana, destacó el valor artístico de la vieja iglesia al describirla como una obra con una composición y ejecución de gran finura, bien conservada y dotada de una arquitectura digna y distinguida. Un proyecto importante dentro del contexto artístico y arquitectónico de la zona.
La nueva iglesia parroquial, que reemplazó a la anterior, se encuentra actualmente situada en el número 4 de la Plaza de la Iglesia, justo en el centro de la localidad. La construcción de este templo comenzó con la colocación de su primera piedra el 24 de junio de 1952, coincidiendo con la festividad de San Juan Bautista. Dos años después, el 15 de octubre de 1954, se celebró su inauguración. La obra fue liderada por el arquitecto Javier Yarnoz, quien optó por un diseño moderno. El edificio presenta una planta de cruz latina, con una amplia nave principal dividida en tres tramos. Entre los contrafuertes, se integran pequeñas capillas de escasa profundidad en los tres tramos cercanos a la cabecera, la cual es plana.
En cuanto a la estructura, la cubierta destaca por estar formada por una bóveda de cañón interrumpida por lunetos, mientras que la bóveda del crucero adopta una configuración de arista. En el lado conocido como el de la Epístola, es decir, el derecho, y a la altura del tramo inicial, se encuentra ubicada la pila bautismal. Este elemento singular fue trasladado desde la antigua iglesia y cuenta con un relieve que representa al titular de la parroquia, confeccionado en la segunda mitad del siglo XVIII. Por su parte, en el lado contrario o del Evangelio, el izquierdo, se halla la sacristía. Un coro de obra complementa la nave y se encuentra situado al fondo de la misma, en la parte superior.
La fachada exterior del templo está revestida con sillarejo, mostrando una apariencia sólida y sencilla. La torre, de planta cuadrada, se encuentra ubicada en uno de los extremos, concretamente en el lado izquierdo del edificio. La entrada principal está protegida por un pórtico, que le añade un carácter monumental, mientras que la casa parroquial está anexada directamente a la estructura principal de la iglesia, ofreciendo así una funcionalidad compacta.
En el interior, gran parte del mobiliario y los elementos decorativos que embellecen el templo proceden de diferentes localidades de la región de Navarra, lo que aporta una gran riqueza histórica y artística al conjunto. Actualmente, el retablo mayor, pieza central de la decoración, es de estilo neoclásico y llegó a este templo desde la catedral de Pamplona. Esta obra fue creada por el pintor Juan del Bosque en el siglo XVI y se encuentra en magnífico estado de conservación.
En otro punto destacado del templo se encuentra el retablo de San José, procedente de la localidad cercana de Gorráiz, situada en el Valle de Egüés. Esta pieza data del segundo tercio del siglo XVI, lo que la convierte en un ejemplo sobresaliente del arte de dicha época.
En el lado derecho, específicamente en el muro del crucero, se puede apreciar una escultura de la Inmaculada, con un porte regio y solemne. Esta notable talla es de estilo romanista y proviene del pueblo de Fontellas, situado en la Merindad de Tudela. Su elaboración se remonta aproximadamente al año 1600, siendo un excelente exponente del arte sacro de esa época.
Por último, dentro de las piezas más relevantes del templo, se encuentra un Crucificado renacentista procedente del pueblo de Aldunate. Esta obra, fechada en el segundo tercio del siglo XVI, completa el conjunto artístico del edificio, aportando un elemento de gran valor histórico y cultural al patrimonio de la nueva iglesia.
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