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Puente de Itero o Puente Fitero

El Puente de Itero, también conocido como Puente Fitero o Paso Itero, es una de las joyas arquitectónicas más emblemáticas del Camino de Santiago Francés. Situado sobre el río Pisuerga, este puente conecta las localidades de Itero de la Vega (Provincia de Palencia) e Itero del Castillo (Provincia de Burgos), uniendo no solo dos provincias de Castilla y León, sino también el pasado y el presente de una rica herencia histórica.

Historia del Puente de Itero

Origen y construcción del Puente de Itero

El Puente de Itero fue mandado construir en el siglo XI por Alfonso VI de León, como una solución para facilitar el paso del caudaloso río Pisuerga a los peregrinos que transitaban el Camino de Santiago. Su diseño original, de estilo románico, lo posicionó como una de las obras arquitectónicas más destacadas de su tiempo. Sin embargo, el puente no ha permanecido estático a lo largo de los siglos. Fue remodelado en el siglo XVII, respetando su diseño original, y también recibió intervenciones durante los siglos XV y XVIII.

El contexto medieval y su importancia estratégica

En la Edad Media, el puente ocupó un lugar crucial como frontera entre el Condado de Castilla y la Tierra de Campos, un territorio de gran relevancia en la consolidación de Castilla y León. Debido a su ubicación estratégica, el puente fue objeto de disputas, pero también de reverencia. Fue mencionado en textos históricos, incluido el famoso Códex Calixtinus, donde se describe como uno de los más bellos y largos del Camino.

Itero en la ruta jacobea

El Puente de Itero no solo era un paso práctico para los peregrinos, sino también un lugar cargado de simbolismo. Al cruzar, los viajeros dejaban atrás una región para adentrarse en otra, marcando el avance tanto geográfico como espiritual de su peregrinaje hacia la Catedral de Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela. Itero de la Vega, gracias a su proximidad al puente, se convirtió en un punto estratégico con la construcción de hospitales y hospederías, como el Hospital de San Juan de Acre, que ofrecían descanso y atención a los caminantes.

Arquitectura del Puente de Itero

Características estructurales del Puente Fitero

El Puente de Itero o Puente Fitero es una obra maestra de la arquitectura medieval. Consta de once arcadas de sillería, algunas de medio punto y otras apuntadas, que combinan elementos románicos con influencias góticas posteriores. Los tajamares del puente, diseñados para minimizar el impacto del agua, son triangulares en la parte superior del río y cuadrangulares aguas abajo.

El diseño alomado del puente no solo le confiere una estética única, sino que también refleja las técnicas de ingeniería de la época, pensadas para resistir las crecidas del Pisuerga. Su longitud lo convierte en uno de los puentes más extensos del Camino de Santiago, destacándose como un punto de referencia para los peregrinos.

Restauraciones y conservación

A pesar de las reformas que ha sufrido, el puente ha mantenido su esencia románica. Su última restauración fue llevada a cabo por la Junta de Castilla y León, lo que ha permitido preservar esta joya arquitectónica como un legado cultural para las futuras generaciones.

El Puente de Itero en el Camino de Santiago Francés

El Camino Francés y su importancia histórica

El Camino de Santiago, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tiene en el Puente de Itero uno de sus puntos más icónicos. Desde el siglo IX, cuando comenzaron las peregrinaciones a Santiago de Compostela, esta ruta ha sido transitada por miles de viajeros en busca de un encuentro espiritual y cultural.

El Puente de Itero, mencionado en el Códex Calixtinus, no solo facilitaba el paso del río, sino que también simbolizaba la hospitalidad del Camino. Los hospitales y albergues cercanos ofrecían refugio y cuidados a los peregrinos, contribuyendo al legado humanitario de la ruta.

Otros despoblados históricos cerca del Puente de Itero

Además de Itero de la Vega y su puente, la región alberga restos de antiguos asentamientos como San Guate, con su iglesia de San Cucufate; Valdemoro, cercano al puente y con su iglesia de Santa Cruz; y San Pedro de Hinojosa, todos ellos relacionados con el Camino. Estos lugares, aunque hoy deshabitados, forman parte del tejido histórico que enriquece el recorrido jacobeo.